Abstract
Monseñor Melina explicó, desde el punto de vista de la Encíclica “Humanae Vitae”, la función trascendental que tiene el ser humano en la relación conyugal, otorgándole un valor dignificante a la donación esponsal a través de la complementariedad del cuerpo humano en la unión unitiva y procreativa del hombre y la mujer. La Encíclica fue escrita por el Papa Pablo VI y fue publicada el 25 de julio de 1968. Este documento pontificio da a conocer la postura de la Iglesia católica respecto a ciertos temas que a lo largo de la historia han generado mucha controversia por la diversidad de puntos de vista que las leyes y la ciencia han tomado en cuanto a su implicación teórica y práctica. El ser humano debe estar consciente que desde el momento de su concepción, se le ha otorgado una naturaleza humana de la cual no puede prescindir. Es en esta facultad intrínseca donde el hombre ejerce su sexualidad de una forma libre pero sobre todo responsable, llevándola a plenitud en el sacramento del matrimonio donde su naturaleza trasciende para dar vida a un nuevo ser, por tal motivo cualquier acto sexual que se dé dentro de la relación conyugal debe estar abierto a la vida.